• ¿Cómo ha sido tu formación?

Yo, la verdad, tuve mucha suerte con las prácticas. Las hice en una farmacia de Madrid y aprendí muchísimo porque la farmacia estaba justo enfrente de un Centro de Salud de especialidades y urgencias y, como digo, aprendí mucho de todo. Tenía también un público muy diferente, y eso me permitió adquirir muchos conocimientos tanto a nivel de dermatología y cosmética como a nivel farmacéutico y de seguimiento del paciente.

• ¿Cómo ves actualmente la profesión?

Con muchos aspectos a mejorar porque hay mucha gente que tiene un concepto equivocado de lo que es en realidad un farmacéutico y de lo que ha estudiado. Mucha gente te ve solo como un vendedor de medicamentos. Hay que hacer hincapié en el consejo del farmacéutico, en el seguimiento del paciente para que esa percepción cambie.

• ¿Cómo se puede cambiar esa visión?

Depende del trabajo que se haga en el mostrador. Depende de cada uno. El farmacéutico tiene que preguntar al paciente para que le dé información. Implicarse con el paciente para que la figura del farmacéutico sea valorada desde otro punto de vista. También pienso que deberíamos recibir más apoyo por parte del Gobierno y la Sanidad de este país. Porque, por ejemplo, en esta pandemia no nos han involucrado nada, a diferencia de otros países donde el farmacéutico ha estado a pie del cañón y en primera línea apoyado por la propia administración.